Technicolor sobre blanco y negro

Andrew Faris integra los elementos básicos del diseño con elementos pictóricos del gesto para forjar nuevos fundamentos en el arte abstracto. Su proceso es a la vez estructurado e intuitivo, empleando sus habilidades de diseño al encontrar las soluciones más simples y dejar de lado el control y abrirse a nuevos descubrimientos en su medio de pintura. El resultado es una nueva versión de la pintura abstracta que desencadena una respuesta emocional muy humana y una variedad de juegos en el ojo. Sus pinturas manipulan a los espectadores, creando engaños en la percepción del primer plano, las ilusiones de vibración y movimiento, las relaciones con la sombra y la profundidad, así como la sensualidad y la tacto. Los dos padres de Andrew fueron artistas que lo sumergieron en la creatividad cuando era niño. Después de tener sus propios hijos, se mudó de Los Ángeles a Jackson, Wyoming. Decidió dejar una exitosa carrera de diseño para ver qué pasaría con su obra de arte y buscar un estilo de vida más tranquilo y creativo en el país con su familia. Ha producido varios cuerpos de trabajo que combinan su diseño y sensibilidad de pintura desde su mudanza y continúa desarrollando su práctica.